Salto: la línea de pobreza se ubica en los $511 por persona.
febrero 24, 2011 2 comentarios
La pobreza y la indigencia son consecuencias terribles de los vaivenes y desempeño de los modelos económicos. Para el año 2002, nuestro país alcanzó un triste record histórico: más del 50% de la población estaba bajo la línea de pobreza. Cientos de miles de personas fueron desplazados de la “clase media” para engrosar las filas de la pobreza. Afortunadamente, a partir de 2003 este registro comenzó a descender fuertemente pero, tras el funcionamiento poco transparente del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), los datos son cuestionables y no permiten realizar un análisis serio de la situación. Tampoco creemos conveniente tomar estimaciones privadas ya que su universo analítico es muchísimo menor que el del INDEC (este releva más de ocho mil comercios en todo el país) y porque son justamente “privadas”, por lo que sus investigaciones pueden estar influenciadas por intereses particulares.
En este artículo nos propondremos estudiar cuánto dinero necesita una persona para no caer en la indigencia y cuánto para no ser pobre en la ciudad de Salto, provincia de Buenos Aires.
La metodología usada es la misma que utiliza el INDEC. Entendemos por indigente a aquella persona que no pueda satisfacer, por medio de la compra de bienes, un conjunto de necesidades alimenticias básicas mensuales que se denomina Canasta Básica de Alimentos (CBA). Ésta es elaborada teniendo en cuenta, entre otros atributos, talla, peso, actividad, hábitos de consumo y los requerimientos nutricionales de los individuos. En cuanto a la pobreza tomamos el método indirecto, también llamado “enfoque del ingreso”, que consiste en calcular el ingreso mínimo, o línea de pobreza, por la cual no sólo son satisfechas las necesidades alimentarias básicas de una persona, sino también un conjunto de gastos no alimentarios mensuales como gastos de vivienda, medicamentes, indumentaria, etc. denominada Canasta Básica Total (CBT).
Reflexiones Sobre lo Local relevó los precios de los productos que componen la CBA elaborada por el INDEC en tres comercios de la ciudad de Salto. La investigación arroja que una persona necesita contar con $234 para cubrir sus necesidades alimentarias básicas, es decir, no ser considerado un indigente. Y deberá hacerse de $511 para poder adquirir la CBT, es decir, para poder sobrepasar la línea de pobreza.
En cuanto a un hogar tipo formado por un matrimonio y dos hijos menores de ocho años necesita de $724 para no ser indigente y $1.580 para dejar de ser pobre. Analizando a un hogar de cinco integrantes (matrimonio y tres hijos menores de cinco años) concluimos que necesita $788 para cubrir sus necesidades alimenticias básicas, y $1718 para dejar de ser pobre.
Si examinamos los números revelados por el INDEC para enero de 2011, encontramos que la CBA para un adulto es de $187, un 25% menos que lo relevado por Reflexiones Sobre lo Local en Salto. En cuanto a la CBT, la diferencia entre la relevada por el INDEC y la realizada en Salto, es la misma que en la CBA.
Centrándonos con mayor precisión en los comercios relevados en Salto, si se comprara la totalidad de los componentes de la CBA en el comercio más económico y en el más costoso, encontramos que la diferencia de precios varía más de 35%.
Si bien se ha utilizado la misma metodología aplicada por el INDEC, esta investigación no deja de ser parcial ya que los puntos de muestra relevados fueron pocos (tres casos) en comparación con los medidos por el organismo público. Es por ello que sólo pretendemos aportar un dato a la realidad de una localidad del interior de la provincia de Buenos Aires que puede servir de incentivo para la elaboración de políticas de gobierno local que contribuyan a disminuir los efectos de la pobreza e indigencia.
FUENTES
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
Acerca de Santiago Hayden
Santiago Hayden
Reflexiones Sobre lo Local 
Está interesante y se nota un gran trabajo para la nota.
Lo que siempre me queda picando es la lectura que hacen los medios -oficiales o no- con respecto al porcentaje de pobres que baja o sube en función de la CBA, es decir -por poner un ejemplo burdo-, si la papa y la yerba mate bajan o suben de precio por una cuestión estacional o efectiva, entonces nos encontraremos con x cantidad de pobres más o menos. En cierta medida los datos pasan a ser tramposos porque nadie cambia de situación económica tan rápido como los reflejan los índices públicos o privados. Creo que sólo se gana seriedad, como bien lo dijiste, a través de muestras mayores o -esto lo pienso ahora- extendidas en un lapso más largo de tiempo. Políticas sociales como la asignación universal por hijo -si alguna vez llega a universal, pero también mientras tanto- ayudan a paliar este tiempo pero se hace cada vez más necesaria una iniciativa superior para incluir a la gente que este sistema vomita.
Buenas notas en general, me gusta el sitio.
Es cierto lo que decís Nasu. Tratar de convertir en números y estadísticas fenómenos sociales tan complejos como la pobreza e indigencia tiene las debilidades que mencionás. Lo mismo sucede cuando se comenta vagamente que «aumentó la pobreza» y no se analiza en profundidad si es que parte de la clase media cayó en la pobreza o parte de los indigentes dejaron de serlo para convertirse en pobres.
La intención de este artículo es justamente servir como disparador de discusiones que, ojalá, contribuyan para comenzar a resolver este gran problema.
Abrazo